15 de mayo de 2011

La habitación

Desperté en un cuarto pequeño. Estaba acostado sobre una cama. En la pared un retrato de una niña pequeña adornaba el lugar. A un costado de mi un mueble con una maquina de escribir y una botella de vino a la mitad, en el suelo una copa hecha trizas escurría un liquido azul y al fondo un librero lleno de polvo con la foto de una niña de vestido azul. Me senté y miré una vez más mi estar. En el techo un foco que apenas alumbraba el lugar y casi a un lado de la cama una ventana que dejaba ver un paisaje de maldad, frío, húmedo y global. Estaba lloviendo y sentía algo imposible de explicar. De tras de mí se escucho un ruido. La manecilla de la puerta se movió y afuera, caminando por el piso de madera, un ente deambulaba irradiando impureza.


Volví la mirada hacia la ventana, con miedo, las gotas de lluvia caían con un ruido tranquilo y perverso. Cerré los ojos, por alguna razón quería disfrutar aquel momento. Algo paso muy rápido por la ventana, me acerqué un poco para ver que era mas sólo pude ver la luna llena. Pasé mis ojos por el bosque que me rodeaba allí afuera, algo se movía cerca de la leña. ¡¿Qué?! ¡Qué es eso!- dije con miedo. Un ser alto, calvo y maldito comía un siervo, se levanto y la lluvia limpiaba su rostro, lleno de sangre, boca torcida y ojos negros. Aquel ser temblaba de manera caótica y caminaba hacia mi ventana dispuesto a...


Corrí hacia la puerta, giré la perilla pero no se quería abrir, entonces entré en pánico, Miré la ventana y ya no estaba allí, me quedé parado intentando calmarme, entonces me acerqué otra vez con cautela para ver nada, únicamente estaba la lluvia, la luna y yo. Un piano fuera del cuarto sonó una sinfonía exquisita, me dirigí otra vez hacia la puerta y la abrí, esta vez cedió con facilidad. Afuera todo estaba oscuro, ahora la lluvia se escuchaba con más ruido. Caminé en un largo pasillo a oscuras porque al final se veía una pequeña luz. Cada vez el camino era más largo, se estiraba y escuchaba voces, llantos y lamentos. El piano seguía tocando la sinfonía del infierno. Llegué a la luz, algo debía estar de tras de esa puerta, y antes de al fin tocarla la luz se fue. Algo se movió de tras de mí, y giré la cabeza sólo para encontrarme de frente con la muerte.
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